6.2
Cuando Gervasio Walsh (el que aseguraba haber leído mucho a Rodolfo) se enteró del asalto y paliza sufrida por aquél vendedor ambulante, se indignó con los pibes (o al menos eso dice, aparentemente convencida, su madre).
Sobre la puerta del búnker había un cartel de chapa, que, según uno de sus chupamedias, Gervasio Walsh pintó con unos pincelitos que él mismo había improvisado con filtros de cigarrillos. En él aparecían acomodados de manera casi graciosa (aunque admirablemente representados), un dedal, una aguja y un mate galleta. En algún momento de la tarde (después de que Gervasio Walsh se indignara) apareció debajo del cartel de chapa, otro mucho más chico, y de papel, en el que todos los que ya sabían hacerlo, podían (y debían) leer lo siguiente: BOLUDECES NO.
Árbol de Fuego
Hace 3 años